No dejo de preguntarme qué sentido tiene darle vueltas a una noche en mi cabeza esperando que se repita si no va a pasar. Y qué sentido tiene seguir apostando las últimas fichas a un tragamonedas que no va a ganar.
Así van estos días. Soy una mina paciente, pero estas últimas palabras que nos dijimos dan para agotar la paciencia de cualquiera, si un cabro muy bueno y muy sabio alguna vez me lo dijo: en esto del amor, se trata de vivir y sentirlo, en cuanto lo piensas se va todo a la cresta.
No, no fue como la foto, pero casi. Fue perfecto. La noche fue perfecta. Lo que tomamos fue perfecto, dónde estuvimos fue perfecto, cuando nos besamos fue perfecto. El beso fue increíble. Y todo lo de después fue perfecto. Lo recuerdo y siento sus manos en mi rostro y su respiración, su voz calma y segura, pese a su breve edad.
Ay, cresta. No puedo olvidar ese día. No puedo olvidar que al día siguiente, lo extrañé y los siguientes también. Pero tampoco puedo olvidar que el miedo a decirle lo qué me pasa con él es el que no me deja ser, miedo a que no sintiera lo mismo. Miedo y orgullo en realidad. Y no creo estar loca por él, pero sí sé que no puedo sacármelo de la cabeza.
Y aunque conozco todas las palabras, yo no sé cómo pedirle lo que quiero de verdad.
Supongo que llegará el momento en que hable porque no pueda seguir callada.
No, no fue como la foto, pero casi. Fue perfecto. La noche fue perfecta. Lo que tomamos fue perfecto, dónde estuvimos fue perfecto, cuando nos besamos fue perfecto. El beso fue increíble. Y todo lo de después fue perfecto. Lo recuerdo y siento sus manos en mi rostro y su respiración, su voz calma y segura, pese a su breve edad.
Ay, cresta. No puedo olvidar ese día. No puedo olvidar que al día siguiente, lo extrañé y los siguientes también. Pero tampoco puedo olvidar que el miedo a decirle lo qué me pasa con él es el que no me deja ser, miedo a que no sintiera lo mismo. Miedo y orgullo en realidad. Y no creo estar loca por él, pero sí sé que no puedo sacármelo de la cabeza.
Y aunque conozco todas las palabras, yo no sé cómo pedirle lo que quiero de verdad.
Supongo que llegará el momento en que hable porque no pueda seguir callada.
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