Así mismo y de las cenizas, como el fénix, pero llorando.
Estuve leyendo la revista Ya del Mercurio que me prestó mi Cesario, y en la hojeada rabiosa que le pegué me encontré con eso. Y me bajó el sentimentalismo.Y la inspiración de un suacate. Y es que claro, me fijé que he ido perdiendo esa línea que le había dado al blog, que tenían mis textos incluso antes del blog.
Y me acordé de la Mane y de Nick de Vida Solteros&Casados que yo admiraba tanto. Hasta que una vez Nick mostró la hilacha haciéndole una propuesta indecente y pública a la Mane y, de alguna manera, denigrando a la pobre que no tenía culpa de ser una fiera en la cama pero no tener alguien con quien compartir su lujuria. Y entonces él, treintón y solterón, y con una fama indiscutida de vividor que él mismo se hizo, le ofreció ser su esclavo. Yo me reí mucho porque la Mane lo mandó a freír monos así rápidamente y dejándolo sin una respuesta ante sus palabras. Además, Mane es casada y si mal no recuerdo tenía tres hijos y la media pega. La que quiero yo, pero para eso tengo que tener un pololo o pseudo novio con harta plata para que pueda solventar los gastos comunes del pent house y de las vacaciones en Europa. En fin, cuando Nick se ofreció así todo barato como que se me cayó un poco del pedestal la cuestión y ahí como que comencé a guatear, a dejarlo.
Sí, eran mis ídolos, como que cada uno representaba uno de mis lados, o un alter ego, el gallo que quiere ser liberto eternamente, por eso ‘escoge’ la soltería, el vivir en un departamento, carretear harto y ofrecerse por una falsa promesa de satisfacción temporal. Y la mina hembra. Esa que tiene que hacerlas de mamá, de esposa, de amiga, de alcahuete de los hijos, de observadora, de dictadora en ocasiones, pero que en el fondo necesita tener una dosis de adrenalina en la rutina de la vida. Digo, no quiero que lo más extremo en mi vida sea ir a dejar a mis chiquillos al colegio en el jeep. Aunque no me siento muy lejos de eso, si a los diecinueve había transformado mi vida en una cotidianeidad y a los veinte se estableció definitiva esa regularidad insoportable, que a veces se proyecta con ataques adrenalépticos, y el único remedio es hacer la primera gueá loca que se me ocurra y que tenga al alcance de mi bolsillo y de mi tiempo, seguro le sigo los pasos a Mane.
En semana santa tuve uno.
Y me acordé de la Mane y de Nick de Vida Solteros&Casados que yo admiraba tanto. Hasta que una vez Nick mostró la hilacha haciéndole una propuesta indecente y pública a la Mane y, de alguna manera, denigrando a la pobre que no tenía culpa de ser una fiera en la cama pero no tener alguien con quien compartir su lujuria. Y entonces él, treintón y solterón, y con una fama indiscutida de vividor que él mismo se hizo, le ofreció ser su esclavo. Yo me reí mucho porque la Mane lo mandó a freír monos así rápidamente y dejándolo sin una respuesta ante sus palabras. Además, Mane es casada y si mal no recuerdo tenía tres hijos y la media pega. La que quiero yo, pero para eso tengo que tener un pololo o pseudo novio con harta plata para que pueda solventar los gastos comunes del pent house y de las vacaciones en Europa. En fin, cuando Nick se ofreció así todo barato como que se me cayó un poco del pedestal la cuestión y ahí como que comencé a guatear, a dejarlo.
Sí, eran mis ídolos, como que cada uno representaba uno de mis lados, o un alter ego, el gallo que quiere ser liberto eternamente, por eso ‘escoge’ la soltería, el vivir en un departamento, carretear harto y ofrecerse por una falsa promesa de satisfacción temporal. Y la mina hembra. Esa que tiene que hacerlas de mamá, de esposa, de amiga, de alcahuete de los hijos, de observadora, de dictadora en ocasiones, pero que en el fondo necesita tener una dosis de adrenalina en la rutina de la vida. Digo, no quiero que lo más extremo en mi vida sea ir a dejar a mis chiquillos al colegio en el jeep. Aunque no me siento muy lejos de eso, si a los diecinueve había transformado mi vida en una cotidianeidad y a los veinte se estableció definitiva esa regularidad insoportable, que a veces se proyecta con ataques adrenalépticos, y el único remedio es hacer la primera gueá loca que se me ocurra y que tenga al alcance de mi bolsillo y de mi tiempo, seguro le sigo los pasos a Mane.
En semana santa tuve uno.
En fin, el caso es que yo admirando tanto a esta gente exhibicionista que gustaba de exponer su vida a todo el mundo, dominicalmente, por un monto creo no muy alentador, me dejé influenciar absolutamente por ese estilo de expresión que se me hizo adictivo y sentía gran representación en él. Un día pregunté por ellos a una persona que trabaja en Ediciones Especiales de Copesa, y me respondió algo que creo fue lo que mató categóricamente el estilo en mí, y quitó casi de cuajo mi lectura frecuente de mis gurúes: no existen, son unos personajes parece, porque nadie los conoce, parece que un tipo los inventa, pero no los conozco.
¿No eran reales? Me decepcioné mucho. Ahora admiré la capacidad del desgraciado(a) que los inventó porque no sólo los creó sino que les dio vida, y una vida y una personalidad. Aay. Mane Dolores (aunque ella odia que le digan Mane) y Nick Beer. Como cerveza, ese gallo lleva absolutamente en el pecho esa cuestión. Los dejé y ahora que me encuentro con algo así, caí redonda otra vez. Treinta y uno en la Ya (les relata Consuelo Aldunate) y no creo que me fanatice tanto como con Solteros&Casados, pero me revivió esa cosa inspirística. Por eso me voy a suscribir a la Tercera weekend.
Me encanta haberla encontrado, me encanta poder volver a escribir.
Oye, parece que ya caché cómo hacer que se vea la imagen que me dices, hay que borrar donde dice transparent, aunque no estoy segura.
Jajaja yo creo que a otro nivel pero me entretenía ver Laura en América... esa cuestión era tan rara y tan ridículamente exagerada que era entretenida de ver, nunca creí en que las historias fueran ciertas pero hay algo interesante en que la gente 'exponga' sus propias vidas... aunque incluya combos todo el rato en la tele!
Ahora viendo Caso Cerrado en horario prime!!
A veces he pensado eso, ¿no inventa una su vida en el bló? Yo creo que en cierto modo sí... y a veces no. Todavía quiero hacer un blog novelizado de la vida que no tengo. Y después me acuerdo de unas loquitas que escribieron el blog de una loca con cáncer y después la mataron y les llegaron regalos o puras cuestiones, o parece que era una pura loquita... en fin, me fui por las ramas
Rico ver que volviste pos. No vís que me aburro cuando no tengo ná que leer.
Besitos!
Me ha gustado mucho la nueva cara de tu bló, se ve mucho mejor.
Y es bueno saber que sigues escribiendo, un poco más cohesionada.
Saludos.
Ah sí: sabís que me empelota que la canción de Coldplay empiece sola, no soporto la música en las páginas... jajajaja a menos que la ponga voluntariamente
Náa, mañana hablamos o algo... besos