
Hace algunas ediciones atrás de su columna dominguera Martín escribió el tríptico para la hija que no tuvo; y de su corto pero imprescindible manual rescaté algo que me parece un precepto inmaculado: ‘querer es joder’ (del término español, joder, follar y ya saben…) cito la explicación: el macho necesita tirar para asentar sus sentimientos, el enamoramiento requiere de empotamiento para transformarse en amor.
Por lo bajo, revelador. Y cierto. El hombre se enamora en la cama, el hombre aprecia a la mujer en la cama, porque cuando un macho X le gusta una señorita Y, no piensa en lo fina y educada que es, en lo inteligente y elocuente que es para referirse frente al público (todo esto en el caso que lo sea, claro), sino que él, como buen ejemplar de la especie, sólo quiere aparearse (aunque con esto mande al diablo el argumento con el que toda mujer Y se consuela después que despierta en la mañana y el macho X emigró a nuevas tierras, cabe aclarar que no todos los ejemplares son iguales, NO, pero encontrar un macho Z es gran tarea gran).
Entonces Pablo que es un ejemplar, posiblemente Z, me colabora y dice ‘Es que desde el punto de vista del hombre (y lo dice un hombre), la prueba del amor no es sólo un recurso extorsivo o un señuelo retórico: es una realidad indesmentible. (y algo determinante a la hora de determinaciones xD) Como ya sabrán, este precepto tiene el defecto de no ser reversible ya que joder no implica querer, y si de distinguir se trata sólo recomendaría buscar la respuesta lo más lejos posible de la cama, porque de la misma manera que el macho está impedido de fingir un orgasmo, es capaz de decir o hacer cualquier cosa para que lo dejen alcanzarlo.
Quizá para algun@s nada nuevo. Para otr@s un tip.
Después de esto sólo queda ver quién es capaz de desmentir la sabiduría de Pablos o quién seguiría el consejo. Manual completamente para quinceañeras hasta doceañeras, pokemonas, pelo lais, porque exceptuando ese patético caso del que habló Cristóbal en un post, no conozco niña de esa edad que no forme parte de alguna de las dos tribus anteriormente mencionadas. El resto usa la píldora del día después, que por desgracia no tiene como efecto secundario reconstruir con delicadeza el amor propio de una mujercita engañada por mera calentura.
Que quede claro que escribí esto de ociosa, hambrienta y ansiosa. No puedo hacer nada mientras espero esquizofrénicamente mi empanada y las 16.45; podrá criticarlo y hacerlo mierda con la misma vara con la que lo escribí. Ja.
Niños hombres?? Notable Fer.
Y fui citado, que orgullo.
La empanada amerita ese tipo de ocio y creo que es una buena gran entrada, aprovechando el tiempo pre-dieciosho.
Saludos desde el pueblo antes conocido como Ñuñoa, futuro parque de cemento.
Fine tune es la cagá...y solidarizando contigo, mi teclado también me odia.
Detallitos, tu blog me hace sentirME como importante, y creo que tu estilo estiloso ha mejorado mucho.
Saludos.