Mujercita.


Personas diferentes, pero Personas finalmente.

Debido a los sucesos acaecidos este último tiempo.

Entrar al mundo gay desde la perspectiva heterosexual, por lo general, siempre resulta algo traumáticamente fabuloso. Sí, porque primero eres homofóbico, rehuyes de cualquier encuentro de esta clase por temor a ver ‘cosas desagradables’. Estás completamente interiorizado con que la palabra gay u homosexual significa promiscuidad (y para qué explicar por qué es que no quieres ver cosas desagradables). Sientes terror de ser arrastrado a eso inconscientemente (o en una volá de copete). Miedo a ser débil; no por un cuento de carne, sino de carácter. A sentir atracción por algo que no se ha probado (es que entonces cómo saber si es tan malo como pienso). Pero luego, estos conceptos se deslizan por la ventanita de nuestra cabeza que siempre dejamos entreabierta por el hecho de ser humanos. Y claro, aunque cada experiencia es diferente, luego los conoces y cambia todo. Siempre vas a conocer más hombres homosexuales que mujeres. Y no es sólo por mi estadística flaite pero certera que del 100% de los hombres por sexo masculino, el 80% es gay, del 20% heterosexual, el 18% es una mierda y el 2% está ocupado. También lo es porque las discos gay se llenan de hombres y te puedes encontrar con unas… cuatro o cinco parejas de mujeres. Y si bien las minas son más reservadas, definitivamente hay más hombres homosexuales, y no me lo discutan, ¿ya? Por lo que siempre será más probable ser vulnerado como hombre que como mujer respecto de la sexualidad.
En el caso de la mujer que conoce a un chico gay, sucede algo particularmente especial: pueden ser grandes amigos. Con esa maravillosa amistad que es de hermanos. En que no hay espacio para poder confundir toda la maldita mierda increíble en un estúpido beso que desarma todo. ¬¬ … me estoy desviando del tema. El caso es que ya dentro, después de esas inevitables conversaciones de cómo te diste cuenta, cómo le contaste a tus viejos, cómo es el sexo; después de disfrutar rabiosamente un carrete en sus discos, después de contarles las penas y ellos a ti, después de las chelas. Una vez que ya es parte de ti el entrar al baño con ellos, se te hace normal que te pegue agarrones en el cuerpo y a él también. Después de entender que detrás de su cuerpo armado de células XY y elevado en testosterona existe una persona y no un monstruo anormal, casi marciano, comprendes que lo maravilloso de ser persona es que puedes amar, sin importar nada, ni sexo, ni edad, ni raza. Nada. Y eso es fabuloso.
Además que así te das cuenta que la única diferencia entre un hombre gay y un hombre hetero es su sensibilidad. Los gay son tan sensibles como una mujer (y no todos quieren ser mujer, ah) y los hetero son los que no entienden por qué la mujer llora.

Ahora entrar al mundo gay desde la perspectiva homosexual… pucha no sé. Pero por mi convivencia con ellos he cachado algunas cosas. Primero, estás cagado de miedo, tienes una crisis existencial de la puta madre, esa cosa de ‘qué soy, quién soy’, sabes que estás en esas y cuesta un kilo aceptarlo por el mismo temor de no ser aceptado así. Por cierto que temes también de tus pares, temes perderte en medio de tanta cosa que ofrece el mundo. Pero ahí se está, acostado en la cama pensando en el ser que amas, metido en un foro o en un Chat para intentar conocer personas, en el espejo mirándote buscando explicación, negándote a aceptarlo o sonriendo por comenzar a quererte otra vez. Y cuando por fin lo asumes, todo cambia. Cuando te aceptas, quieres que las personas más importantes lo sepan. Cuando est@s enamorad@, quieres que todo el mundo lo sepa. Cuando ya vives, conoces gente, sales y disfrutas tu sexualidad, y llega ese punto de enfrentar nuevamente una sociedad heterosexual, homofóbica y machista sientes el puto temor de ser descubierto, pero cuando en alguien encuentras la confianza y la respuesta que te tranquiliza, que te hace sentir otra vez tú, crees que todos reaccionaran de la misma forma, y ahora la necesidad es imperiosa de decir soy gay.
No sé si en esa parte es cuando yo me confundo y no sé en qué terminar la historia.
Pero sé que si el mundo fuera tolerante, estas personas podrían vivir la vida como nosotros y no encerrados, escondidos, tirando en los baños, teniendo que reunirse en lugares sólo para, excluyéndolos y en ocasiones alimentando la forma de pensar de una manera que pervierte finalmente la visión de ambos lados.

Yo no sé, el cuento del género me apasiona. Mauro tiene razón cuando dice que no se trata sólo del hombre y la mujer.

1 Respuestas to “Personas diferentes, pero Personas finalmente.”

  1. # Blogger Miss Rydia

    Sabís que no lo leí así entero pero mmm. Qué cuático jajaja, aunque en todo caso creo que como 10% o maximo 20% de la gente en general que conozco es homosexual.
    Oye pero hay como un 0.1% de hombres que no son una mierda ni estan ocupados. Claro que a esos, no les gustai. Por eso creo que prefiero tener amigos, más simple mi vida así, aunque ahora me hace falta pareja pa un casorio.

    Igual no sé po, no tengo tanto "corpus" para analizar jajaja pero sí son un poco polarizás tus diferencias, si igual hay matices en la vida.

    Te comento pa que no me retís.


    Te quiero.  

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