Mujercita.


el asunto con nacer.

Con ustedes, mi post más visceral. Las entrañas festejan, mi coprolalia está amurrada. Y yo, yo me siento la más perra de todas.

La realidad es que yo no tengo nada en contra de los hombres y no sé por qué no me interesa mucho esta cosa del post natal, admito que quizá sea porque le trabajo al gobierno. Y sí es muy egoísta de mi parte, pero igual yo sentada desde la oficina no aporto mucho a si la cuestión vaya o no, o si está mal hecha o no. Me fijé más en otras cosas.
Pienso que también debe ser preocupación de cada persona qué tipo de contrato tenga. Ahora si la cosa está compleja y es lo que hay, mejor no hacerse de guaguas pues señoritas.

Pero a lo que yo voy es a esta cosa de flexibilidades y demases. Qué mierda las flexibilidades. Menos mal que la cuestión es a criterio de una, porque veamos si de traspasarse cosas se tratara durante el embarazo, así tan bonito como suena, yo traspasaría el embarazo completo. Principalmente las náuseas, a ver si es tan agradable andar trabajando así primero. El cansancio inexplicable, el insomnio, la hinchazón de pie, la destrucción del cuerpo, la progesterona haciendo un desastre el carácter. El tener que lidiar con eso y el rechazo que en muchas mujeres le genera la pareja; y no sólo eso, los olores, las comidas, ciertas actividades, sino es que casi todas porque cuando la panza es prominente una ya sólo quiere descansar.
Por qué le traspasaría el tiempo de cuidado de la guagua, de quedarme en casa y quizá descansar un poco, a alguien que no tiene ninguna otra razón para gozar de eso que poner sus tres segundos de placer en una y ya. La gran labor es aguantarnos. Pero es lo mínimo. Además si consideramos que finalmente la cuestión será casi lo mismo y peor porque el sujeto estará llamando cada tres minutos para preguntar algo, esto se traduce en que una además de trabajar en la pega, deberá hacerlo en la casa, con la preocupación si el tipo lo está haciendo bien o no. No es una cosa de si confiamos o no, si mal que mal son los padres, pero seamos honestos, ese período es para la madre y la guagua. Sean felices con sus siete días. Disfruten de mirar cómo una se parte el lomo velando por el recién nacido. Y no sólo de día, sino también en esas eternas noches en que la guagua no quiere dormir y a las cuatro de la mañana una tiene que estar con cara de zombie jugando con ella. El estar en la casa nos lo merecemos por trabajar siete meses en estado de estropajo, por aguantar nueve en estado de enfermedad y vulnerabilidad constante, siendo nada más que el frasco que lleva algo dentro. Además un padre nunca podrá amamantar a una guagua, sin que la madre haya hecho todo el trabajo de extraerse el alimento cual vaca y almacenarlo para que el bebe lo tome en su ausencia. Doble trabajo. Yo recuerdo el fin a inicios de toda esta discusión era básicamente ese, el bebé debe amamantársele hasta los seis meses. No sé de dónde salió toda la cuestión de la participación del padre, cuando además, una mujer vuelve a su trabajo después de una licencia de post natal en el trabajo no la pescan ni en bajá, reducen la carga de trabajo y las responsabilidades debido a la falta de tiempo, la excusa es esa, no porque ella tiene que ver la guagua. Si es así con una mujer, qué esperan que crea de un hombre?
No es que quiera seguir neanderthando, pero eso de traspasarle el fuero al hombre no me parece evolución. Que estas cosas sean para proteger al indefenso, no al que ya lo tiene todo.

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