Mujercita.


Yo que quería escribir.


Estoy tan contenta. Durante mucho tiempo he estado pensando en qué hacer para retomar mi vieja lectura, rápida, creativa, estimulante y así recuperar por fin mi inspiración para escribir. En todo este tiempo no he encontrado tal cosa, no he logrado sentirme conforme con mis textos y mi vida sigue adelante, sucediendo una serie de eventos que me impresionan por su calidad literaria, que me emociona comenzar a escribir en mi almohada, en mis manos, en los ojos de otra persona, pero cuando ya por fin quiero llevarlos a mi papel virtual, pierdo todo aquello como si no quisieran verse expuestos. Claro, esta es la enésima vez que me cuestiono si tener un blog se trata de hablar de uno mismo o de las cosas que le gusta, o de cualquier maldita putada, pues bien, el asunto es completamente libre. No en todas partes es así, pero algo aún queda de democracia en Chile, por lo que la diversidad de temas de los blogs es infinita.
Yo no sé.
Pero me cuesta dar giros. Alguna vez cuando escribí me dijeron y trataron como una estrella, ese lector vióme con ojos de astronauta, con la necesidad innata de querer alcanzar el astro. Claro que me sentía halagada, con más ganas que nunca de escribir, de escribir y satisfacerlo, hasta que ya no me satisfizo a mí: me convertí en una escribidora.
Ahora lo comprendo, tras llevar tiempo dando vueltas en muchas letras y en muchas búsquedas de libros (he navegado como nunca tras la ruta de libros, he leído incansablemente blogs ajenos de personas que nunca conoceré, que si me resulta una reflexión profunda le doy las gracias por su trabajo; y me he detenido frente a muchas vitrinas de librerías y he paseado mucho de la mano por San Diego) para encontrar a ese astronauta que quiera alcanzarme. Escribí, sí, escribí mucho pero nada que me hiciera orgullo; y algo cierto de la literatura es que un buen libro toma años escribirlo, entonces sí eres escritor. No es mi pretensión, por cierto, porque en esta vida nueva que me pide adaptaciones, no existe el espacio para prepararme como debe ser en este arte maravilloso de las letras. Pero si de alguna forma no me afano en ello, perderé mi cabeza: es por eso que tengo este blog (gran explicación, eh).
Toda mi vida ha sido accidentalmente vinculada a la literatura, en ocasiones de manera más intensa y en otras no tanto; mi destino célebre está enmarcado en ella, y lo confieso, no quiero pasar por “esta vida” sin gloria. Quizá José Miguel Varas, premio Nacional de Literatura 2006, tenía razón, en aquella estación de metro en la sala – no accidentalmente- llamada Pablo Neruda, dando una entrevista para una radio con preguntas de gente letrada, o aficionados como yo, en la que tuve que esperar el fin de la parafernalia para acercarme y preguntarle con dulces diecinueve años, por qué escribía y me contestara: a uno le gusta ser reconocido, le gusta que la gente sepa quién es. No era lo que esperaba de un premio Nacional de Literatura, pero vamos que Chile es medio rancio para elegir esas cosas, y además tiene razón.

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3 Respuestas to “Yo que quería escribir.”

  1. # Blogger fulano/martínvillarroel

    si, los sueños también son un motor  

  2. # Anonymous Anónimo

    Los blogs son para hablar de cualquier maldita putada... eso es lo bueno, poder ser tu propio editor.

    Saludos, te sigo leyendo.  

  3. # Anonymous Anónimo

    Pd. No creerás como llegué, buscando una foto del chicle bigtime passion. Caí a un artículo en que buscabas uno en tu cartera. Y no encontré la foto. En fin.  

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