Mujercita.


Proyecciones.

Que estoy aterrada. Que me da miedo todo.
Que tengo un dolor de guata, que me hace sentir una sinfonía en mi interior, pero que no me resulta armoniosa.
Que esto de estar comenzando a proyectar el próximo año y que todo esté basandose en una prueba de puta madre. No me tengo fe. Sé que me va ir mal.
A pesar del preu, a pesar que le pego. Es demasiado lo que creo tendré que sobrellevar y no sé si esté preparada.

Me duele la guata mucho.
Me dan ganas de llorar sí. Porque siento que no voy a poder y que todos los esfuerzos que han hecho todas las personas y yo tampoco resultaran.
Estoy cagá.
Tengo dos blogs ahora. El inmortal Hablandisticamente y el reporte de las verdades, sin olvidar que Hablandisticamente se las da de diario de vida.

Hoy ví los resultados del Santiago en 100 palabras y me fuí a la mierda también.
Y me baja el existencialismo y para qué cresta sirvo.

Estoy obsesionada. Todo lo que quiero es trabajar en un lugar lleno de hojas y lápices, rumbas del papeles, un computador donde sólo se abra Outlook, Word y Explorer.
Donde pueda tomar café todo el día. Y levantarme al baño a lavarme los dientes después de almorzar, o de tomarme el café. Donde haya un chico guapo que me obligue a inventar pretextos para ir a su oficina a saludarlo o invitarlo a almorzar. Y donde tenga que correr.
Donde pueda hacerme de una vez vegana y reemplazar la Coca Light por una Dasani o definitivamente la Next. Donde pueda pasarme horas leyendo y que el sueldo me dé para el 206 y mi departamento, que tendrá mi plasma y el Genezi de Sony. Donde escuchare a Oasis a todo porcino, aunque venga una loca a decirme que no puede dormir, y que la tengo harta y que ella trabaja los fines de semana, y que soy la puta más grande del mundo y que mis carretes, mi copete y el que viene todos los jueves en la noche también la tiene hasta arriba de la tusa, que no me las voy acabar y que deje de ... hasta que me empino el vaso de piscola y le cierro la puerta.
Que me dé para viajar. Para irme a España y llegar a los suburbios de España, hasta Cataluña, para simplemente oir a Marc decirme ¡¿Arantxa?!

Aaah.
Estoy mal.
Esto no va a pasar. Porque si no doy la PSU...
Ya me dolió otra vez, la crema espesa no es un buen remedio para el dolor de guata.

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