Mujercita.


Atardeceres y eso

Mientras parece caer el atardecer, tibio, fresco y limpio, mi cuerpo siente agradable, como si la frescura del ambiente lo envolviera y por fin se sintiera tranquilo.
Cuesta demasiado describir lo maravilloso de este instante, las copas de los arboles se mueven decadentes en una dulce danza armoniosa. Perfecta en su armonía con el aire, perfecta en su armonía con el cielo.
Los últimos destellos del sol iluminan lentamente, suavemente sus delicadas hojas apasionadas en su talento.
La composición de este momento me llena. Me hace sentir libre y pura nuevamente.
El aire que respiran mis pulmones los limpia como la circulación de mi ser, la inmensidad de este cielo es como la inmensidad de mi verdad, indestructible e irrefutable.
La perfección de este instante es como el sonido de good bye my lover de James Blunt.
Good Bye my lover
Good Bye my friend
You have been the one
you have been the one for me.
La perfección de este instante es como el silencio profundo y perturbador. Desolador y penetrante. Incisivo.
Placenteramente doloroso, placenteramente perfecto.
El sonido tan natural.
El dolor tan vital.
La tranquilidad tan embriagante y ensordecedora. Tan adictiva e hipnotizante.
Tan mía.
Sentir como poco a poco se funde en mi piel...y me quema y me hiela...y me eriza e inmoviliza.
Me hace victima. Me gobierna y me eleva suave y lentamente.
Agudiza mis reflejos y libera mis sentidos.
Las fragancias dulces y florales.
Los sabores que deleitan mi paladar.
Mis ojos iluminados de simple belleza natural.
Los sonidos más minimos se conjugan en una melodía intensa, profunda y decorosa.

La noche cae majestuosa, cubriendo todo con su negro vestido.
Hoy, esta noche tiene magia.
Luce las joyas más bellas del Universo.
Y está tan infinita, está tan extendida, tan ilimitada y elegante.
Tan delicadamente bella.
Tan insinuosamente atractiva.
Su perfume es dulce, muy dulce.
Tibio y cautivante.
Guarda cierto misterio.
Coqueta. Sabe que es la más hermosa.
Es tanta la inmensidad...que mis manos mueren por palparla, por sentirla...
Es demasiado...demasiado para mis cortas palabras...para mi corto humor, para mi terrible ansiedad.

Lágrimas en silencio adornan este instante...intacto, de estricta soledad y belleza infinita...
Me deslumbra esta magnificiencia.
Un cielo inmenso en profundidad, perfecto en su color, inalcanzable en su amplitud...
...mi piel está siendo besada por la tibieza del sol
El aire tan poderosamente puro me hace sentir desfallecer de placer mientras circula furioso por mi ser. Los aromas las fragancias. La sencilla pureza, la cautivante belleza, es la inexorable devoción , mi preferida perdición.
Los colores tan inmaculados, tan perfectamente combinados. Cuidadosamente seleccionados.
Insisto que es demasiado.
Demasiado para mi comprensión, demasiado para mi inquietud de prolongar esta imagen en mi retina eternamente, para detener la delicada sensación, de deleite en mis sentidos.
Para contener mis emociones, para no desbordar mis pasiones. Para alimentar mi calma y olvidar. Olvidar y expirar en la enloquecedora dulzura de la fiesta de mis sentidos.
Aquí el sonido fluye espontáneo.
Emitiendo la sinfonía por excelencia de la creación.
Es contagiosa. Se quisiera ser parte del cuadro. Mimetizarce, aportar, disfrutar de ser contemplado con reverencia, de ser venerado simple, ineludible e inexorablemente perfecto.

Cayó el sol y descubrí cómo seguir explorando las maravillas de este paraíso terrenal, puedo seguir más allá y puedo describir más, siempre que el placer no me obsesione.

El viento susurra. Su aliento me inspira, su aliento me insta a un momento más en este secreto. Me envuelve y me invita..."podría quedarme aquí por siempre" le manifiesto con mi satisfacción...parece contestarme...
Estoy tratando inútilmente de conjugarme, de desvanecerme y mutar, ser viento y arbol, ser agua y cielo.
Siento que sigue contestandome.
Me inmoviliza.
No quiero irme. Quiero quedarme en la transformación..

Desde el sonido de mis pasos en tierra fértil
hasta la compañía de un insecto;
el aroma de la tierra humeda
y las dulces fraganciasque liberan coquetas las flores
hasta el sonido de mis sonrisas;
en este cautivo silencio y la infinita amplitud e inmensidad de este majestuoso cielo...
todo pero absolutamente todo
me conquista aquí...


1 Respuestas to “Atardeceres y eso”

  1. # Blogger Unknown

    Durante años, cuando vivía con mi familia iba a uno de los pasos sobrenivel de la autopista del Sol a ver el atardecer, era uno de los momentos que ocupaba para escribir y evaluar mi día. Un espacio donde solo estaba con mi mochila llena de sueños, cuadernos, comida y mi libreta de notas.

    Por ello los atardeceres le han dado algo especial a mi vida. Como lo dijo Un perro en la película Un cuento americano: Fievel va al oeste: "el atardecer de una persona es el amanecer de otra"  

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