Mujercita.


La mala costumbre.

No conozco a ninguna persona que no me haya criticado algo de mi personalidad, la verdad es que en cuanto a eso ha sido algo muy duro, pues ha sido siempre destructivamente, una maldita critica que no aporta mucho a mi desarrollo...en fin...si alguno de ustedes tiene alguna mala costumbre, que por el hecho de ser mala, no te dé algún beneficio, te sugiero la erradiques ya que va a seguir siendo nada más que eso,una mala costumbre...sin embargo, si alguna de ellas te ha entregado algo bueno, aunque sea una cosa, no la dejes, puede ayudarte en un futuro...mi hábito es caminar mirando siempre el suelo, y va más allá de una costumbre, ya que este último tiempo lo he estado haciendo para no morir en el intento de caminar, porque Santiago está lleno de hoyos, por cualquier calle que transite hay un montón de máquinas y hombres trabajando en lo que serían las nuevas calles de la capital, en el fondo eso no afecta a nadie que ande sobre el suelo, pero yo camino sobre unos 5 cm por encima de él, no quisiera caer y morir de verguenza en plena Alameda...esto en la mayoría de las veces sólo me ha dado problemas, es horrible atravesar Teatinos, y ver cómo una multitud te golpea, te rosa, te mira, y maldice tu costumbre de mirar el suelo en lugar del frente, pero eso es nada...
Nada bueno podría traerme este deseo de evadir miradas y hoyos...pero un buen día esto cambiaría, mi obsesión por contemplar mis zapatos trajo algo bueno, pero con un atado de existencialismo...
Problema: Vas caminando por la calle como es habitual y de pronto, además del montón de piedritas, cemento, pasto y uno que otro insecto te topas con un papel, no cualquier papel, sino un papel impreso en un lugar especial, con tinta especial y con una Gabriela Mistral no muy amigable, si, cinco lucas, hay gente alrededor tuyo y en frente...bien, qué haces?

Bueno, yo en cuestión de milesímas me hice esa pregunta, y todo lo que pude pensar fue "si no me las llevo yo, lo hará otro", por supuesto sin quitar de mi cabeza la graciosa idea de que fuera uno de esos estupidos programas de video-sorpresas que me desesperan, tomé el cuerpo de mi délito y partí, no hice nada más que caminar rápido y apretar el billete en mi puño y sonreir como si, efectivamente, estuviera en uno de esos estupidos programas de video-sorpresas...al llegar a un lugar seguro, verifiqué si el billete era verdadero, si, olía a esa exquisita, placentera y embriagante fragancia a plata...dinero,sucio dinero...
Qué son 5 lucas hoy???Nada, pero para alguien en mi lugar equivalen a una tarjeta de prepago para el celular, si,si,si...

Cuando me dí cuenta que, finalmente, las 5 lucas habían pasado a mi poder, es decir, me pertenecían, apareció este horrible cuestionamiento existencial que no cualquiera sufre en este tipo de situaciones, y comencé a dudar de mi suerte...llamenme perna lo que quieran el punto es, por qué las ví yo? por qué ni siquiera chisté en tomarlas? por qué mirar mis zapatos me llevó a encontrarme plata?...

Una buena excusa sería decir, que en el fondo eran mías, pues eran parte de mi jurisdicción en el momento que pisé esa calle, pero no, me las encontré...

Por qué tanto por qué frente a algo que no tiene nada de particular más que un poco de suerte...es que si se trata de trascender en el asunto es donde me vienen mil chorrocientas preguntas...que no son presisamente de cultura general pero que me llevan a un mayor conocimientode mi misma, es eso lo que busco cuestionandome estas cosas simples, de lo cotidiano, una costumbre, tal vez mi mala costumbre favorita...

Desde este oportuno encuentro entre las 5 lucas y yo, han pasado ya 2 días y las 5 lucas están intactas...no las quiero como reliquia o para cuando ya no exista el billete y haya una moneda de 5 lucas o algo así, pero buscaré algo bueno en que gastarla, porque, aparentemente, llegaron caídas del suelo...

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La Feña ♥

    • Florecita, dulcita y tal no. Más bien obstinada, coprolálica, intensa pero encantadora. Estudiosa de la masculinidad. No comparto mi metro cuadrado en el metro, no soy la mejor anfitriona y me pinto las uñas de distinto color. Colecciono llamadas perdidas y miradas encontradas. No sé nada más que volví para quedarme, para quedarme a escribir. Arantxa is in da house.
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